Desde el 23 de mayo hasta el 14 de junio están abiertas las postulaciones para el Premio Led. Esta convocatoria busca reconocer la innovación educativa por parte de directores y directoras de colegios y jardines infantiles a lo largo del país.

Desde 2019 esta organización ha recolectado más de 25 toneladas de basura del Río Mapocho. Su misión es ser una fundación participativa que trabaje de manera directa con la ciudadanía para recuperar el ambiente natural capitalino.

Esta organización busca generar un espacio seguro para los entusiastas del deporte. Para ello buscan romper las barreras del sexismo, la discriminación y el centralismo. Han recorrido 13 regiones del país llevando el skate a niños, niñas y adolescentes.

La misión de Begin Anew es mejorar las condiciones de vida para las personas de la Uganda rural, un sector afectado por la extrema pobreza. A la fecha han entregado 170 pozos que permiten el acceso de agua para 300 mil personas.

Biósfera Mía es una fundación constituida en 2018. A través del trabajo con las comunidades buscan generar una conexión entre las personas y su entorno natural. Para esto democratizan el acceso a espacios medioambientales sanos.

Un grupo de estudiantes del Liceo Manuel Bulnes, en la Región de Ñuble, idearon Hydrofood 7000, un innovador sistema de cultivo automatizado con el que ganaron el concurso tecnológico Los Creadores de Fundación Kodea el 2023.

Este financiamiento está dirigidos para iniciativas por la inclusión social de mujeres. Las postulaciones se recibirán hasta el 27 de mayo.

Una comunidad colaborativa que busca mitigar el impacto de la contaminación, a través de la reutilización creativa. Upcyclers se conformó a finales de 2023 para poder dejar una huella educativa en la comunidad.

Los bosques de algas se ven amenazados por la explotación económica desregularizada. Bosques Azules busca educar y concientizar a la población sobre este valioso patrimonio natural.

Naturaleza Pública es una fundación radicada en la Patagonia. Su misión es reforestar con especies autóctonas. Desde 2002 Chile pierde 30.000 hectáreas de bosque nativo por año.